Se está preparando. Hace un día precioso. El cielo está azul. Pone el pie desnudo en el suelo y, como una bailarina, recorre la distancia del pasillo de espejos hasta el tocador. Es uno de sus lugares favoritos. Le gusta ponerse guapa allí. Sólo hay flores del jardín, y sus dos manos, frescas y limpias, que parecen girar a su alrededor. Su mano derecha, ágil y ligera, coge los polvos, luego un frasco de perfume. La izquierda, la sombra de ojos y el pintalabios. A continuación se dirige al armario, donde elige un vestido ligero y se fija un tirante rebelde. Se calza unos tacones y se ajusta un cinturón a la cintura. Como cada mañana, camina hacia su balcón lleno de flores. Está en la 4ª planta y da a los jardines del Palais Royal. Está contenta y piensa en el día que le espera, sonriendo.